los mandos tenían, además del típico gatillo para acelerar, un conmutador que permitía cambiar de carril. El conmutador cambiaba la polaridad de la corriente del circuito, de forma que el motor del coche cambiaba el sentido de giro. cada rueda motriz (trasera) giraba hacia delante sólo en uno de los sentidos del motor, y quedaba “libre” cuando el motor giraba en sentido contrario. De esta forma el coche nunca iba hacia atrás, sino siempre hacia delante impulsado por la rueda trasera izquierda o derecha, según girara el motor.
Los coches tomaban la corriente de unos delgados hilos conductores del circuito, que transmitían la electricidad al coche a través de los “patines de contacto” (especie de escobillas rígidas de metal) situados en los bajos del coche y que eran presionados hacia las guís de contacto por un muelle... que se perdía frecuentemente en choques de los coches!
al traccionar únicamente la rueda izquierda o la rueda derecha, el coche tendía a ir a la izquierda o la derecha, con lo que se cambiaba de carril. los chasis más modernos, tipos mk3 y mk4 tenían además el tren delantero giratorio, siendo un piñón el que lo llevaba a un lado u otro según el sentido de giro del motor.